La vendimia se realiza tras un exhaustivo control de la maduración para conseguir un equilibrio de azucares, ácidos y madurez fenólica. La elaboración se inicia con un periodo de maceración en frío que puede durar de 2 a 3 días, seguida de una fermentación a temperatura controlada, que no supera los 25º C. La fermentación dura por término medio entre 4 y 6 días, de cara a obtener vinos con suficiente estructura, pero pensados para su consumo como vino joven.
En la meseta central de la Península Ibérica se encuentra el viñedo más grande del mundo. En esta gran zona vinícola se elaboran vinos varietales, aquellos elaborados con un sólo tipo de uva. Airén y tempranillo son las uvas más características de esta zona. Otras variedades de uva no autóctonas como cabernet sauvignon, syrah, melot, viura, sauvignon blanc, chardonnay, etc. tienen excelentes resultados por las condiciones climáticas y de terreno de esta región.
El Cabernet nos aporta estructura, aromas y sabores vegetales (pimiento verde) muy elegantes. En boca presenta los mismos caracteres de fruta y vegetales que encontramos en la nariz, propios de la variedad, mostrándose como vinos complejos, a la vez que elegantes.
Muy apropiado para acompañar legumbres, frutos secos, verduras asadas, embutidos, arroces, estofados, cordero a la brasa, entre otros muchos.